Restaurando el cristianismo original—¡para hoy!
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Diciembre 15, 2022
Queridos hermanos,
Mientras nos aproximamos al final del año en el calendario civil romano, muchos protestantes están diciendo que la profecía se está acelerando—“¡El Señor viene! ¡El rapto es pronto!” Pero como en el pasado, sus pronunciamientos no pasarán—porque son falsos profetas. No conocen las verdaderas enseñanzas de Jesucristo ni las profecías de la Biblia, las cuales están basadas en el Sábado y los días santos de Dios. La verdad es, Dios no obedece al hombre, ni Él presta atención a falsos profetas. Ellos claman hablar en Su nombre, pero verdaderamente no aman a Dios ni guardan Sus mandamientos.
Esto es ciertamente asombroso: Si la gente cree en verdad en Jesucristo, como lo profesan, ¿por qué no creen lo que Él dijo? ¿Por qué siguen a hombres sin probar si lo que ellos predican es verdadero o no? Una simple lectura de los Evangelios les daría la respuesta correcta. Concerniente a Su regreso, Jesús mismo advirtió, “Entonces si cualquiera les dice, ‘He aquí, aquí está el Cristo,’ o, ‘Él está allí,’ no lo crean. Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y mostrarán grandes señales y maravillas, para engañar, si es posible, aun a los elegidos. He aquí, se los he predicho. Por lo tanto, si ellos les dicen, ‘¡Vengan y vean! Él está en el lugar desolado’; no vayan. ‘¡Vengan y vean! Él está en las cámaras secretas’; NO LO CREAN. Porque como la luz del día, la cual sale del oriente y resplandece tan lejos como el occidente, así será la venida del Hijo de hombre.… El cielo y la tierra pasarán, pero Mis palabras nunca pasarán. Pero concerniente a ese día, y a la hora, nadie sabe, ni siquiera los ángeles del cielo, sino solamente Mi Padre” (Mateo 24:23-27, 35-36).
La verdad es que la Biblia no enseña de un rapto, ni de una fecha específica para tal evento. Sin embargo todo el mundo protestante lo cree. Tal doctrina es una completa mala interpretación de las Escrituras, enraizadas en la falsa creencia que en la muerte, el “alma inmortal” de la persona va al cielo. Piense en esto: Si las almas van al cielo, entonces no hay necesidad de “resurrección de los muertos” como enseña la Biblia.
Hoy en día, como lo fue en los días de Jeremías, el mundo está lleno con falsos predicadores y profesores quienes profesan ser cristianos—que son profetas de Dios, ¡pero no lo son! Jeremías profetizó el juicio de Dios en contra de ellos: ““Ay de los pastores quienes destruyen y dispersan las ovejas de Mi pastura,” dice el SEÑOR. Por tanto así dice el SEÑOR, Dios de Israel, contra los pastores quienes alimentan a Mi pueblo, “Ustedes han esparcido Mi rebaño, y los han ahuyentado, y no han cuidado de ellos. He aquí, Yo traeré sobre ustedes la maldad de sus hechos,” dice el SEÑOR.… “Porque ambos el profeta y el sacerdote son impíos; sí, en Mi casa he encontrado su maldad,” dice el SEÑOR. “Entonces sus caminos serán para ellos como caminos resbaladizos en la oscuridad; ellos serán llevados, y caerán en sus caminos; porque Yo traeré mal sobre ellos, incluso el año de su juicio,” dice el SEÑOR.… Así dice el SEÑOR de los ejércitos, “No escuchen las palabras de los profetas que les profetizan. Ellos los hacen vanos; hablan una visión de su propio corazón, no de la boca del SEÑOR” (Jeremías 23:1-2, 11-12, 16).
Los dos testigos—Falsa alarma: Hace algunos años, hubo un supuesto “ministro” de una iglesia de Dios quien anunció que él y su esposa eran los dos testigos. Tan estúpido como esto fue, algunas personas le creyeron y lo siguieron—enviándole mucho dinero. El tiempo pasó y sus reclamos no transpiraron. Más aún, ellos no estaban en Jerusalén, no vestían en cilicio, y no estaban llamando plagas desde el cielo tan a menudo como desearan, como lo describe Apocalipsis 11. Además, los dos testigos van a tener un ministerio de “1260 días,” un hecho que ellos olvidaron recordar—y se pasaron el tiempo. El dinero enviado por los hermanos no fue usado para la predicación del Evangelio; en vez, la mayoría de los fondos fueron dirigidos a una cuenta bancaria en Suiza. Todo esto fue eventualmente reportado a la oficina de impuestos, y sus agentes fueron a golpear a su puerta con una orden de arresto. Fue convicto y pasó 5 años en prisión. Demasiado para auto-designados profetas. Sin embargo, cuando fue liberado, algunos hermanos aun lo seguían—¡increíble!
Otros ministros que buscan dinero claman, “¡La profecía está acelerándose!” Para soportar sus reclamos, ciertos pasajes de la Biblia son típicamente citados, tal como Mateo 24:22: “Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados” (RVR60). También sacarán Romanos 9:28—“Porque el Señor ejecutará su sentencia sobre la tierra en justicia y con prontitud” (RVR60). El intento es crear un sentido de urgencia—y así generar más donaciones.
Pero fallan en comprender que ambos versos están mal traducidos en la RVR60. La traducción correcta, como se encuentra en la Versión Fiel, da el significado verdadero: “Porque entonces habrá gran tribulación, tal como no la ha habido desde el principio del mundo hasta este tiempo, ni la habrá nuevamente. Y si aquellos días no fueran LIMITADOS, ninguna carne sería salva; pero por amor a los elegidos aquellos días serán LIMITADOS.… Porque Él está cumpliendo y LIMITANDO el asunto en justicia; porque el Señor LIMITARÁ el asunto que está haciendo sobre la tierra”” (Mateo 24:21-22; Romanos 9:28; VF). Esta traducción está de acuerdo con otros pasajes pertenecientes a los tiempos del fin—que Dios ha predeterminado y limitado el tiempo de la Gran tribulación a 3 años y medio. La idea que Dios recortaría Sus propias profecías es absurda y auto contradictoria.
Así, las profecías ¡no están acelerándose! ¡Ni se están demorando! En vez, ellas están a tiempo—de acuerdo al tiempo de Dios, no a un tiempo mal interpretado por el hombre. Y recuerde, sólo podemos interpretar profecía por eventos como ellos se desenvuelven, no por fechas específicas. Como Jesús incluso le dijo a Sus apóstoles, “No es para ustedes saber los tiempos o las temporadas, las cuales el Padre ha establecido en Su propia autoridad” (Hechos 1:7).
A causa de la “estructura de la profecía” que Dios nos da a través del conocimiento de Sus fiestas y días santos, tenemos una cierta cantidad de entendimiento. Pablo escribió, “Ahora entonces, concerniente a los tiempos y las temporadas [el regreso de Cristo y la resurrección], hermanos, no hay necesidad que les escriba; porque ustedes mismos entienden perfectamente que el día del Señor vendrá exactamente como un ladrón viene por la noche. Porque cuando ellos dicen, “Paz y seguridad,” [muy probablemente al inicio de los últimos 7 años] entonces destrucción repentina vendrá sobre ellos, [después de 3½ años, cuando la Gran tribulación comience] como trabajo de parto viene sobre una mujer que está con hijo; y por ningún medio escaparán” (I Tesalonicenses 5:1-3).
Mientras nos acercamos al tiempo del fin, los rectos entenderán más. Daniel escribe: “...porque las palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del fin. Muchos serán purificados, y emblanquecidos, y refinados. Pero el malvado hará malvadamente; y ninguno de los malvados entenderá, pero el SABIO [aquel que cree y obedece a Dios] ENTENDERÁ” (Daniel 12:9-10). Esta es una promesa de Dios. Pero de nuevo, nuestro entendimiento será por eventos, no por fechas.
Por ejemplo: Dios le dio a Daniel la profecía de las 70 semanas (capitulo 9). Sabemos por los eventos de la reconstrucción de Jerusalén después de los 70 años de exilio de los judíos en Babilonia, que las primeras 7 semanas, equivalentes a 49 años, han sido completadas. También sabemos que el siguiente segmento de 62 semanas, equivalentes a 409 años, hasta la venida del Mesías, ha sido cumplido. Sin embargo, permanece la semana 70, equivalente a 7 años, la cual debe ser cumplida aun: “Y el pueblo del príncipe que vendrá destruirá la ciudad y el santuario. Y el fin de ella será con inundación, y hasta el fin de la guerra desolaciones están determinadas. Y él confirmará un pacto firme con muchos por una semana [7 años]. Y en el medio de la semana [después de 3½ años] hará cesar el sacrificio y la ofrenda, y por la muchedumbre de las abominaciones vendrá uno que desola incluso hasta la consumación. Y el fin determinado completamente el cual ya está decretado será derramado sobre el desolador”” (Daniel 9:26-27). Sabemos que este evento no ha sido cumplido porque la bestia final de Apocalipsis 13 no ha aparecido aun en escena, ni tampoco el templo judío del tiempo del fin ha sido construido.
Sin embargo, en el tiempo actual, los judíos tienen todos los planos listos para la construcción del templo. Tienen 5 “vacas rojas” bajo observación para ver si por lo menos una no desarrolla defectos, tal como pelo blanco o pezuña blanca. Si una es perfecta, entonces pueden sacrificarla y quemarla completamente. Luego las cenizas serán usadas para limpiar la tierra y a los sacerdotes. Sólo entonces puede el templo ser construido y los sacrificios reiniciados.
Cuando el príncipe del pueblo, quien es la bestia final, se pare en el lugar santo haciendo cesar los sacrificios en el templo por venir, entonces y solo hay comenzará la Gran tribulación. Jesús advierte: “Por tanto, cuando vean la abominación desoladora [este es un evento, no una fecha fija], la cual fue hablada por Daniel el profeta, de pie en el lugar santo (quien lea, entienda),… Porque entonces habrá gran tribulación, tal como no la ha habido desde el principio del mundo hasta este tiempo, ni la habrá nuevamente. Y si aquellos días no fueran limitados [la profecía muestra que es limitada a 3½ años], ninguna carne sería salva; pero por amor a los elegidos aquellos días serán limitados” (Mateo 24:15, 21-22).
Aquellas profecías nos dicen que estemos pendientes de eventos específicos por ocurrir, sin darnos fechas específicas. Debemos estar pendientes de estos 3 eventos específicos:
· La venida de la bestia final (Daniel 9:26; Apocalipsis 13:1-10).
· La reconstrucción del templo en Jerusalén (Daniel 9:27; 12:11; Mateo 24:15; II Tesalonicenses 2:1-12).
· El detener los sacrificios.
Sólo cuando esto estos 3 eventos proféticos ocurran en este orden, sabremos que la Gran tribulación ha comenzado.
No dejemos que enseñanzas contradictorias o declaraciones de hombres nos confundan. Debemos seguir solo las Escrituras—y ver los eventos. Mientras hay otros eventos proféticos por ocurrir, estos son las 3 profecías mayores por ver. La Gran tribulación no puede comenzar sino hasta que estos 3 eventos hayan transpirado.
La nueva religión de Satanás: Transhumanismo—llegar a ser dioses
El transhumanismo (TH) es un amplio movimiento filosófico, científico y religioso que traerá a fruto los más grandes alcances del hombre bajo la influencia directa de Satanás el diablo. TH trae juntos los avances científicos en nanotecnología, biología y genética para crear súper humanos. Esto incluirá una mezcla de genomas de humano y animal. Además, incluirá la inserción de chips de computador en el cerebro humano—la máxima extensión del hombre con “súper” inteligencia artificial. El propósito pervertido de Satanás es convencer a la gente que pueden ser dioses y obtener inmortalidad—sin Dios.
Escondiendo sus intenciones reales, la primera meta de TH es erradicar toda enfermedad; reparar incluso las discapacidades más devastadoras; y traer un fin al sufrimiento, hambre y enfermedad. Luego está el mejorar el cerebro humano, incrementando grandemente la inteligencia. La tercera y final meta es extender la vida humana—incluso traer “inmortalidad”—todo para el beneficio de la humanidad.
Satanás siempre guía a la gente a creer que el pecado traerá beneficios, pero el resultado final del pecado es siempre destrucción y muerte. TH está progresando rápidamente. Su meta es transformar la existencia humana, como Dios la creó, a un nuevo “humano mejorado” de Satanás o seres post-humanos—no más humanos solamente, sino humanos mejorados—¡súper humanos! En otras palabras, humanos remodelados en la misma imagen de Satanás—en toda forma perversa y demoníaca.
Sorprendentemente, en los pasados 40 años el movimiento TH se ha desarrollado al punto que ahora está listo para empezar a producir los primeros “súper humanos.” De hecho, a través de la edición de genes y la fertilización in vitro, ya han generado el primer “humano” con dos madres.
Al combinar genes de animales con genes humanos, están planeando crear lo que ellos llaman ciborgs. A través de transgénicos—edición de genes in vitro para agregarle al genoma humano lo mejor de los animales—quieren desarrollar un soldado que pueda ver como un águila, oír como un zorro, oler como un oso—y que tenga un instinto asesino como un lobo y posea fuerza y resistencia superhumana. Mientras que películas, programas de televisión y documentales nos han dado algunos indicios del desarrollo de este movimiento, no hemos entendido cuan vasto es en realidad. TH es uno de los principales proyectos de investigación en casi toda universidad mayor en el mundo—todo facilitado por dinero del gobierno y subsidios.
Transhumanismo e inmortalidad: Dado que TH rechaza a Dios y el hecho que Él nos creó, la meta final de todo el movimiento es ultimadamente religioso—inmortalidad ¡sin Dios! Ellos creen que el hombre puede mejorarse, salvarse y obtener inmortalidad.
La primera iglesia del transhumanismo y
Creencias de la Sociedad para el inmortalismo universal
Lo que sigue son sus creencias: “Tenemos un alma y esta es informativa en naturaleza. El alma, por definición, es el centro de nuestro ser, la esencia de quienes somos. En la mayoría de los sistemas religiosos, el alma es vista como una entidad metafísica no de este mundo. No aceptamos la definición supernatural del alma, y en vez proveemos una definición racional y científica de lo que constituye nuestra alma. Para nosotros, el alma existe, pero no es supernatural. Las memorias que tenemos, los pensamientos que consideramos, las emociones que sentimos—estas forman la esencia de quienes somos. Porque sin estas características cesaríamos de ser nosotros mismos. No hay necesidad de explicación supernatural para estas características. Estas memorias y procesos están representados biológicamente en el cerebro como información. Ninguna esencia metafísica o ‘de otro mundo’ está involucrada. Esto simplemente es parecido a un programa que corre en un computador inmensamente complejo. Y como el programa, es el patrón de información lo que es importante, no el medio en el cual reside o se expresa. Nuestra alma puede levantarse a partir de la estructura de nuestro cerebro, pero no necesita depender fuertemente de el.
“El objetivo de la vida es crecer y que nos mejoremos nosotros mismos y a nuestra ‘Comunidad.’ Este es un proceso continuo sin fin. Nosotros abrazamos los ideales del humanismo. Todos debemos esforzarnos por vivir vidas significativas y éticas mientras apoyamos los derechos de otros para hacerlo así también. La auto mejora debería ser el centro de nuestras vidas. Debemos esforzarnos para maximizar y extender las buenas cualidades de nuestra naturaleza humana: compasión, amor, entendimiento, tolerancia—mientras minimizamos o eliminamos las malas: odio, celos, envidia, mentes cerradas. Entendemos que ninguna persona vive aislada y que todos nosotros pertenecemos a una ‘comunidad’ más grande. Esta comunidad consiste no sólo de otros seres humanos, sino la vida como un todo. Tenemos una responsabilidad de mejorar tanto nuestras propias vidas como el bienestar general de toda la comunidad de vida. El proceso de crecer y auto mejorar, para el individuo y nuestra comunidad, es uno que no tiene límite. Siempre habrán nuevos retos que conquistar, nuevas ideas que explorar, y nuevas formas para mejorar nuestra naturaleza. El pensamiento que nunca avanzaremos a un pináculo o estado perfecto no debería entristecernos, sino en vez debería llenarnos con felicidad y gozo. Porque este es el camino que seguimos, y no solo el destino, esto le da a nuestra vida su significado y propósito. Y este camino se extenderá a los mismos límites del tiempo.
“SOMOS NUESTROS SALVADORES. No podemos apoyarnos en fuerzas supernaturales o externas en nuestro viaje. La responsabilidad está en nuestros hombros para crear el mundo en el cual deseamos vivir. Ética, moralidad y otros asuntos filosóficos deben tener respuestas que proveeremos por nosotros mismos a través de la exploración racional. Ningún poder ‘más alto’ o entidad supernatural necesita ser buscada para estas respuestas. Todo debe tener parte en este proceso, a lo mejor de sus capacidades. Este es nuestro futuro y todos debemos dar una mano en su realización. Para este fin creemos en el flujo libre de información e ideas, y una democracia participativa directa en la cual todos tenemos una misma voz. Al venir juntos como uno, en una forma racional e informada, podemos llegar a las soluciones de los problemas que enfrentamos.
“Razón, pensamiento racional, y el método científico son nuestras herramientas en alcanzar nuestras metas. Rechazamos la inspiración divina y otras aproximaciones metafísicas para llegar a la verdad. En vez nos apoyamos en la razón, el pensamiento racional, y el método científico como nuestras herramientas para guiarnos en nuestro camino. El siglo pasado nos ha mostrado las maravillas que podemos alcanzar cuando dirigimos nuestros esfuerzos apropiadamente. Pero estas herramientas también pueden llevar a destrucción y caos si se ponen al uso incorrecto. Siempre debemos ser vigilantes y mantenernos a los principios de nuestra fe.
“Debemos trascender nuestros límites biológicos actuales para asegurar el crecimiento y existencia continua de nuestra alma. Mientras nuestras creencias implican que no hay límite al progreso que el individuo puede alcanzar, encontramos que hay límites prácticos. El cuerpo humano, mientras maravilloso en su forma y función actual, no está diseñado para llevar el crecimiento de nuestras almas por siempre. El envejecimiento, la enfermedad, la muerte y las capacidades limitadas de nuestro cuerpo ponen un límite absoluto de cuanto un individuo puede alcanzar. Pero creemos que estas limitaciones pueden, deben y serán vencidas. Para continuar nuestro crecimiento y auto mejora, debemos trascender nuestras limitaciones biológicas actuales. La vejez y la enfermedad e incluso la muerte en sí deberían ser eliminadas. Nuestra forma biológica debería ser modificada y mejorada para sobrepasar estos límites. Nuestras capacidades mentales deberían ser mejoradas al integrar nuevos y más poderosos subsistemas. Nuestras capacidades de crecimiento nos habilitarán a evolucionar en seres con muchos de los atributos de los Dioses de las religiones pasadas. Puede llegar a ser deseable sobrepasar nuestra forma biológica completamente y expresar nuestra naturaleza a través de otras formas de existencia. Pero sin importar cual forma tome nuestra trascendencia, siempre mantendremos nuestra alma, la esencia de lo que somos.
“Nada de esto debe ser alcanzado a través de oración o intervención divina. En vez, seremos los arquitectos de nuestra nueva y mayor naturaleza. La ciencia y la razón nos llevarán en el camino creando una mejor existencia. Ya vemos los inicios de esto con trasplantes de órganos, miembros artificiales, clonación, ingeniería de tejidos. Con el tiempo de nuestro lado no debería haber límite de lo que podemos alcanzar. Nuestra forma física continuará evolucionando, a través de nuestros propios esfuerzos, para mantener el ritmo con nuestra alma que crece por siempre.
“El inmortalismo universal es una de las máximas metas de la existencia. Todas las almas, pasadas, presentes y futuras tienen un derecho a existir y crecer y mejorar eternamente. Consideramos una ‘naturaleza malvada’ como no permanente y piense esto, con una iluminación adecuada, cualquier alma llegará a ser un buscador de lo que es bueno y recto. Y consideramos como tragedia suprema que las almas pasadas han sido perdidas y no preservadas. Para tal fin, nos dedicamos nosotros mismos a encontrar una forma que un día traiga a todas las personas que han vivido, de modo que ellos pueden unirse en nuestra aventura eterna. Esta es la idea conocida como Inmortalismo Universal (R. Michael Perry, Forever for All). Nuestra preocupación por las ‘personas’ también se extiende a otras formas de vida además de seres humanos, las cuales pueden también tener almas capaces de crecimiento ilimitado y mejora. Esperamos alcanzar nuestra meta de renacimiento y mejoría universal, nuevamente, a través de medios racionales y científicos. Basado en el concepto informativo del alma, puede ser posible recrear almas precisamente donde toda la información de ellas ha sido perdida. En este momento no sabemos si esto puede ser hecho. Pero esto no significa que no deberíamos intentar, y este es nuestro ‘salto de fe’ que un día seremos exitosos.” (www.universalimmortalism.org)
Lo que acaba de leer es la agenda del hombre, bajo la poderosa influencia de Satanás el diablo, para llegar a ser “dioses”—mientras al mismo tiempo rechaza al DIOS VERDADERO y a JESUCRISTO—¡EL ÚNICO SALVADOR! En verdad, el mundo hoy en día es exactamente como escribe Pablo, “Porque no estamos luchando contra carne y sangre, sino contra principados y contra poderes, contra los gobernadores del mundo de la oscuridad de este siglo, contra el poder espiritual de maldad en lugares altos” (Efesios 6:12).
Esto va atrás al inicio con Adán y Eva. La serpiente les dijo que si comían del fruto de árbol del conocimiento del bien y del mal “llegarían a ser como Dios, decidiendo el bien y el mal”—y vivirán por siempre. Desde la época anterior al diluvio la humanidad ha alcanzado el punto de ejecutar planes para “llegar a ser como dioses”—llegar a ser inmortales. Como Jesús advirtió, “Entonces como fue en los días de Noé, así también será a la venida del Hijo de hombre (Mateo 24:37). Esto se está desenvolviendo delante de nuestros ojos. ¿Cuán lejos Dios dejará que esto siga antes que Él intervenga con el regreso de Jesucristo? No lo sabemos. Pero recuerde, la humanidad había llegado a ser tan malvada que Dios fue forzado a destruir toda vida humana y la mayoría de la vida animal con el diluvio. Como dijo Jesús, todo el mundo estará en la misma condición justo antes de Su regreso. No hay nada nuevo bajo el sol, ¿cierto?
El transhumanismo a la forma de Dios: La verdad del asunto es este: El verdadero plan de Dios, como es revelado en la Biblia, es que hombres y mujeres sean transformados en la primera resurrección de seres humanos a divinos y entren en el Reino de Dios como Sus hijos—para llegar a ser seres espirituales—a través de Jesucristo. Es por eso que Dios nos creó según Su imagen y semejanza (Génesis 1:26-27). Más aun, esto significa que cuando el tiempo profetizado del Mesías llegue, Dios sería manifestado en la carne (I Timoteo 3:16). Él llevaría una vida perfecta y revelaría al Padre y el plan espiritual de Dios—y entonces Él llegaría a ser el sacrificio perfecto ya que Él derramó Su sangre y entregó Su vida: “El Cordero de Dios, Quien quita el pecado del mundo” (Juan 1:29, 36).
Esta es la misma razón para la primera venida de Jesús y Sus enseñanzas. Su vida, muerte y resurrección abrirían el camino para que hombres y mujeres lleguen a ser los hijos de Dios como seres espirituales. Después de Su resurrección, Él dio poder a los apóstoles para predicar el Evangelio. Él inspiró sus escritos del Nuevo Testamento de modo que generaciones subsecuentes tendrían las enseñanzas completas de Dios—Antiguo y Nuevo Testamento. La Biblia contiene las instrucciones personales de Dios sobre cómo llegamos a ser los hijos e hijas literales de Dios como seres espirituales. Los hombres y mujeres sólo pueden llegar a ser como Dios y recibir inmortalidad a través de Dios el Padre y Jesucristo por el poder del Espíritu Santo y la resurrección de los muertos.
Primero, debe haber arrepentimiento, bautismo y el recibimiento del poder del Espíritu Santo. Esto lleva a todo nuevo discípulo a una relación de pacto con Dios el Padre y Jesucristo para la vida eterna. Segundo, toda persona recién engendrada debe crecer en amor y obediencia a Dios para ser perfeccionado a través del poder del Espíritu Santo—a través de Su gracia, en amor, verdad y obediencia—y estar listos para la primera resurrección de los muertos cuando Jesús regrese. Pablo escribe: “Y como hemos llevado la imagen de aquel hecho de polvo, también llevaremos la imagen de Aquel celestial. Ahora digo esto, hermanos, que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda incorrupción.
“He aquí, les muestro un misterio: no todos dormiremos [moriremos], sino que todos seremos cambiados, en un instante, en el parpadeo de un ojo, a la última trompeta; porque la trompeta sonará, y los muertos serán levantados incorruptibles, y nosotros seremos cambiados. Porque esto corruptible debe vestirse de incorruptibilidad, y esto mortal debe vestirse de inmortalidad. Ahora, cuando esto corruptible se haya vestido de incorruptibilidad, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces sucederá el dicho que está escrito: “La muerte es tragada en victoria”” (I Corintios 15:49-54).
Los hombres, con toda su ciencia y tecnología, nunca pueden alcanzar inmortalidad bajo la influencia y poder de Satanás el diablo. Sólo Dios puede darnos inmortalidad. Sólo Jesús, el “primogénito de entre los muertos,” tiene las “llaves de la muerte y la tumba” (Apocalipsis 1:5, 18).
Nuevamente, Pablo escribe, “Pero para nosotros, la mancomunidad de Dios existe en los cielos, desde donde también estamos esperando al Salvador, el Señor Jesucristo; Quien transformará nuestros cuerpos viles, para que puedan ser conformados a Su cuerpo glorioso, de acuerdo al trabajo interno de Su propio poder, por el cual Él es capaz de someter todas las cosas a Sí mismo” (Filipenses 3:20-21). En el Salmo 17:15, David también anticipó esta transformación gloriosa: “En cuanto a mí, veré Tu cara en justicia; estaré satisfecho, cuando despierte, a Tu semejanza.”
Note como el apóstol Juan lo expresa: “¡He aquí! ¡Que glorioso amor nos ha dado el Padre, que deberíamos ser llamados los hijos de Dios! Por esta misma razón, el mundo no nos conoce porque no lo conoció a Él. Amados, ahora somos los hijos de Dios, y no ha sido revelado aun lo que seremos; pero sabemos que cuando Él sea manifestado, seremos como Él, porque lo veremos exactamente como Él es [en Su gloria plena]” (I Juan 3:1-2). Hablando de la resurrección de los rectos, Jesús dijo, “Entonces los justos resplandecerán en adelante como el sol en el reino de su Padre” (Mateo 13:43; ver Daniel 12:3).
Llegar a ser los hijos de Dios el Padre, como seres espirituales gloriosos es el misterio o secreto de Dios, el cual Él reveló a los apóstoles y los hizo registrarlo en lo que llegó a ser el Nuevo Testamento. “De acuerdo a Su propósito eterno, el cual Él ha forjado en Cristo Jesús nuestro Señor, en Quien tenemos valor y acceso directo con confianza por medio de Su propia fe. Así entonces, les ruego que no desmayen ante mis tribulaciones por ustedes, las cuales están trabajando para su gloria.
“Por esta causa yo doblo mis rodillas al Padre de nuestro Señor Jesucristo, de Quien la familia entera en el cielo y en la tierra es nombrada. Que pueda otorgarles, de acuerdo a las riquezas de Su gloria, el ser fortalecidos con poder por Su Espíritu en el hombre interior; que Cristo pueda morar en sus corazones por fe; y que siendo arraigados y cimentados en amor, ustedes puedan ser completamente capaces de comprender con todos los santos cual es la anchura y longitud y profundidad y altura [del plan de Dios], y de conocer el amor de Cristo, el cual sobrepasa el conocimiento humano; para que puedan ser llenados con toda la plenitud de Dios” (Efesios 3:11-19). Este es el plan de inmortalidad de Dios para sus hijos engendrados.
Hermanos, acerquémonos a Dios diariamente en oración sentida y en el estudio de Su Palabra—para estar creciendo en gracia y conocimiento. Damos gracias a Dios el Padre y a Jesucristo por Su bondad y misericordia. Les damos gracias por su amor y fidelidad a Dios y unos a otros. Gracias por sus oraciones por nosotros y por todos los hermanos. Les agradecemos su fidelidad con sus diezmos y ofrendas, especialmente en estos tiempos difíciles. Oramos que Dios continúe bendiciéndoles y velando por ustedes en todas las cosas. Estamos orando por ustedes diariamente—por su salud y su sanidad a través del amor y gracia de Dios.
Con amor en Cristo Jesús,
Fred R. Coulter
FRC